G.
Te colaste en mi sueño, ¿cómo es posible si ni si quiera te conozco? Apareciste de la nada, en mi bar, en mi isla, mientras yo bailaba ritmos electrónicos como si fueran danzas tribales. Te situaste en la barra, junto a Él. Conversateis. Eras como te imaginaba, claro... jamás te conocí así que no podrías ser de otra manera. Bebías cerveza y me mirabas. Yo no paraba de bailar y mis gafas compartían colores con decorado de la pared, todo era negro y verde. Tu camiseta era negra a rallas de colores. Me mirabas con actitud chulesca. Yo no sabía que más hacer para llamar tu atención, así que persistí. Como en la vida misma, cuando dejé de prestarte atención te acercaste. No me dijiste nada, ni una palabra, me cogiste por las muñecas me acercaste a la pared bruscamente y tus labios rozaron mi cuello. Me desperté. Estaba mojada.
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