
También conocida como "La bestia bella" Irma Grese fue una señora, que además de tener una frente de impresión, tenía unas aficiones un tanto sádicas y espeluznantes.
Nacida en Wrechen en octubre de 1923, dejó la escuela con 15 años, después de tratar varias veces, sin éxito, graduarse como enfermera.
Como muchos de los jóvenes que vivieron el ascenso de Hitler al poder, pronto fue convencida de manera asombrosa y se convirtió en una fanática del régimen. Enseguida se afilió a la Bund Deutscher Mädel (Liga de la Juventud Femenina Alemana) y trabajó en un sanatorio de las SS. Con 18 años, se presentó como voluntaria para entrenamiento en el campo de Ravensbruck.
En 1943, ingresó en el Campo de concentración de Auschwitz, como Oberaufseherin, al poco tiempo fue ascendida a supervisora. En ese momento era la segunda mujer con más alto rango en el campamento, al cargo de unas 30.000 reclusas judías.
Se ha escrito mucho sobre ella y ya no se sabe que es cierto y que no. Hay algunos escritos de testimonios, mujeres judías que sobrevivieron al holocausto. Se cuenta que era de una belleza inigualable, que llevaba su ropa siempre perfecta y que al entrar en los pabellones, las reclusas temblaban.
Por lo visto, el "Angel Rubio de Belsen" gozaba de abusar sexualmente y torturar a las prisioneras. Le gustaba sacudir con la fusta o con el látigo a aquellas que le parecían más hermosas. A algunas las golpeaba en los pechos hasta hacerlos sangrar. Después de días sin permitirles curarse y con las heridas infectadas, las llevaba a visitar al Dr. Mengele, que sin anestesia, los amputaba, mientras Irma miraba excitada.
Se dice que ella es la responsable de las famosas lámparas hechas con piel humana y que las hizo con sus propias manos tras arrancar la piel a tres hombres.
Irma pagó las consecuencias de su sadismo al ser juzgada y condenada en el Juicio de Bergen-Belsen. A los 22 años de edad fue ahorcada como criminal de guerra. Sus últimas palabras fueron: Schnell! (Rápido!)
Esta historia me produce extraños sentimientos, y ella en Si me fascina. Me pregunto si debía ser algo que llevaba dentro o es que tan buena era la retórica de Hitler, para conseguir que una adolescente llegue hacer todas esas cosas, sin mostrar ni un ápice de arrepentimiento.
A veces me siento extraña, es casi excitante y...demasiado novelístico para ser real.
Aunque a veces, la realidad supera la ficción.